domingo, 30 de octubre de 2016

Qué es?

El «bullying» hace referencia a un grupo de personas que se dedican al asedio, persecución y agresión de alguien, o bien a una persona que atormenta, hostiga o molesta a otra. Aparecen cuatro aspectos claves:

a) Ataques o intimidaciones físicas, verbales o psicológicas, destinadas a causar miedo, dolor o daño a la víctima;
b) Abuso de poder, del más fuerte al más débil;
c) Ausencia de provocación por parte de la víctima;
d) Repetidos incidentes entre los mismos niños o jóvenes durante un tiempo largo y sostenido.
"Bullying", es el término tan tristemente de actualidad (por cierto, bastante complejo definirlo, y más aún encontrar una traducción literal del vocablo inglés al castellano), que se utiliza para describir unos tipos de comportamientos no deseados que abarcan desde burlarse, hacer bromas pesadas, ignorar deliberadamente a alguien, hasta llegar a ataques personales e, incluso, abusos serios; comportamientos que pueden ser cometidos por un individuo sólo o también por un grupo o pandilla.
Estas situaciones están resultando bastante comunes en los centros educativos (colegios e institutos), y pueden llegar a ser muy dañinas para quienes las sufren, normalmente en silencio y soledad.
Más que la acción en sí misma, lo más importante son los efectos que produce entre sus víctimas. Nunca se debe subestimar el miedo que un niño, niña o adolescente intimidado puede llegar a sentir.

Por tanto, estas situaciones de acoso, intimidación o victimización son aquellas en la que un alumno o alumna está expuesto, de forma repetida y durante un tiempo, a acciones negativas que llevan a cabo otros compañeros, entendiendo por acciones negativas tanto las cometidas verbalmente o mediante contacto físico, como las psicológicas de exclusión.
No hay que confundir estas situaciones con los típicos altibajos que se producen en las relaciones entre los alumnos, especialmente a lo largo de la etapa de la pre-adolescencia y adolescencia. Los problemas de comportamiento, indisciplina, los conflictos y las malas relaciones entre iguales, son fenómenos perturbadores, pero no son verdaderos problemas de violencia, aunque pueden degenerar en ellos, si no se resuelven de forma adecuada[1].
¿Cómo se manifiesta el acto de molestar o intimidar?

Existen muchas señales de que un niño/niña está siendo molestado(a) o intimidado(a) (bullied). Algunas señales a tener en cuenta son:

• El niño/niña vuelve a casa con prendas de vestir, libros u otras pertenencias rotas, dañadas o faltantes;
• El niño/niña presenta moretones, cortes o rasguños inexplicables;
• El niño/niña parece temeroso(a) de ir a la escuela, de caminar hacia y desde la escuela, de subir al autobús escolar o de participar de actividades organizadas con pares;
• El niño/niña parece estar triste, de humor cambiante, lloroso(a) o deprimido(a) cuando vuelve a casa;
• El niño/niña frecuentemente parece ansioso y/o sufre de baja autoestima.


PERFIL DEL AGRESOR.
Suelen ser grupos de chicos (45%) o de chicos y chicas (23%), o un chico solo (14%). Más raros son los grupos de chicas o chicas solas. Suelen ser chicos conflictivos, que no se identifican con el colegio, a veces con problemas familiares, sobre todo de falta de supervisión y control. A veces hay consumo de drogas y alcohol. Buscan chivos expiatorios para purgar sus problemas y frustraciones. Obtienen satisfacción a través de la violencia para reafirmar su personalidad y su posición de liderazgo. No controlan sus impulsos y emociones. Los chicos tienden a los abusos físicos, seguidos por los psicológicos, y las chicas, a los psicológicos y relacionales.
Muchos niños participan de actos de molestar o intimidar (bullying) cotidianamente. Si bien cada niño es diferente, aquellos que molestan o intimidan a otros jóvenes comparten algunas características comunes. He aquí algunos elementos a tener en cuenta:

CARACTERÍSTICAS COMUNES DE LOS NIÑOS QUE MOLESTAN O INTIMIDAN

Impulsivos, exaltados, dominantes; Fácilmente frustrados; Carecen de empatía; Tienen dificultad para seguir reglas; y Ven a la violencia de una forma positiva. Los varones que molestan o intimidan tienden a ser físicamente más fuertes que los demás niños.
No existe una causa única para los actos de molestia o intimidación entre los niños. Una gran cantidad de factores diferentes puede poner a un niño o niña en riesgo de ser molestado(a) o intimidado(a) por sus pares. Sin embargo, se ha descubierto que los niños que molestan o intimidan tienen mayores probabilidades que sus pares que no molestan ni intimidan de provenir de hogares con ciertas características.

Factores de Riesgo Familiares para los Actos de Molestia o Intimidación
Una falta de calidez y participación de parte de los padres; Conductas parentales extremadamente permisivas (incluyendo una falta de límites para el comportamiento de los niños); Falta de supervisión de los padres; Disciplina estricta y física; e Incidentes de molestias o intimidaciones en casa.
Los Actos de Molestar o Intimidar y Otros Comportamientos Violentos y/o Antisociales
Las investigaciones muestran que los actos de molestia o intimidación pueden ser la señal de alerta de otros comportamientos antisociales y/o violentos más graves. Los niños que frecuentemente molestan o intimidan a sus pares son más proclives que otros a: Involucrarse en peleas frecuentes; Resultar heridos en una pelea; Realizar actos de vandalismo o de robo de propiedades; Beber alcohol; Fumar; Faltar a la escuela sin permiso; Abandonar la escuela; y Portar un arma.

PERFIL DE LAS VÍCTIMAS
Puede ser cualquiera. Pero puede haber rasgos que hagan especialmente vulnerables a algunos, como ser tímido, introvertido, hiperactivo, encerrado en sí mismo o tener alguna característica física que le diferencia (estar gordo, llevar gafas, ser bajito) o bien una característica académica, como ser «ñoño» o llevarse bien con los profesores. Los efectos del «bullying» en la víctima pueden ser devastadores: se siente violentada, desprotegida, humillada, insegura, aislada, indefensa.
¿Quién es molestado o intimidado?

Los estudios muestran que entre el 15 y el 15% de los estudiantes de los Estados Unidos son molestados o intimidados con cierta frecuencia (“a veces o más a menudo”) mientras que entre el 15 y el 20% reportan que molestan o intimidan a otros con alguna frecuencia.
(Melton et al, 1998; Nansel et al, 2001)

Los varones son más proclives que las niñas a molestar o intimidar a otros. Las niñas frecuentemente reportan haber sido molestadas o intimidadas tanto por varones como por otras niñas, pero los varones son molestados o intimidados con mayor frecuencia solamente por otros varones

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